Drácula, fin y conclusiones

Final emocionante. Ritmo trepidante. Persecución implacable. Se acabó lo que se daba: se ha hecho la luz.

El relato sobre la recopilación de información en el muelle, el duelo Drácula-Mina, el fin de las vampiresas, la lucha de Mina, la muerte de Drácula, la vida humana cobrada y su manera de morir: todo me ha gustado.

¿De que trata esta novela? De la bondad del ser humano, de la esperanza, de que se puede salir adelante sin importar el tamaño de las dificultades, de que la unión hace la fuerza (experiencia que hemos aprendido dolorosamente a lo largo de la historia). Concuerda con el optimismo del siglo XIX: florecimiento de las ciencias aplicadas, progreso por doquier, prepotencia total (sobre todo de los ingleses). El mal reside en un monstruo, ni si quiera es humano. Encima creen que los criminales son menos inteligentes y tienen el cerebro poco evolucionado ¡ojalá fuera así!

Resumiendo, Drácula es una obra casi redonda. Más bien geoide, achatada en los polos. Me ha faltado saber cuál es el origen de Drácula: ¿buscó él convertirse en vampiro o también es una víctima? y si fue voluntario ¿por qué? ¿Fue el primero de todos los nosferatu? ¿Desaparecen todos con él? Sí, ya sé, podemos imaginar lo que más nos plazca, he ahí la belleza de las historias escritas. Aún así, me hubiera gustado una pista...

Si Bram Stoker viviera hoy en día, se forraría diseñando juegos de videoconsola. Las reglas que hay que contemplar para acabar con el mostruo son dignas de la play o nintendo.

Me lo he pasado muy bien royendo lentamente este libro con l@s dem@s ratoncill@s. ¡Me ha sabido a gloria!