Las Uvas de la Ira, 2ª Semana

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Este es el relato de un gran éxodo. Una vez más. Desde la noche de los tiempos el ser humano se ha visto obligado a buscar otros lugares para vivir. Sea por el clima, por la guerra, por la superpoblación... No por esto deja de ser duro, duro, duro.

A lo largo de estos capítulos me he dado cuenta de cuán diferentemente las personas afrontamos el mismo acontecimiento objetivo. Hay quien es incapaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y se vuelven locos, como Muley. Hay quien no lo piensa, como el abuelo, pero cuando llega el momento de la verdad se niegan a aceptar los hechos. Por último, los hay que asumen las cosas tal como nos vienen dadas y buscan acomodarse, sobrevivir, como Madre, Padre y Tom que son el alma del clan Joad.

Desgarradora la escena en que Madre decide qué objetos llevar consigo y cuáles dejar atrás. Los deja físicamente, ya que los memoriza cuidadosamente antes de destruirlos. Me he visto a mí misma, con diez y nueve años en casa de mis padres, decidiendo qué me llevo y qué dejo. Me he visto en Brasil, en el momento de la vuelta a Europa, decidiendo lo que guardo y lo que desecho. Me he visto año tras año, seleccionando las "obras de arte" de mis enanos y tirando el resto. Difícil tarea. Se me encoge el corazón de nuevo.

Steinbeck muestra, a mi modo ver muy gráficamente, dónde reside la grandeza del ser humano, su fuerza. El clan Joad funciona como una máquina bien engrasada. Todo el mundo conoce su sitio, todos son tenidos en cuenta, todos escuchados. Unidos son mucho más que la suma de sus componentes. Tal vez esto se esté perdiendo hoy en día. El clan, esos lazos invisibles pero indisolubles, que nos unen y nos protegen. Ese sentimiento de pertenencia. No es necesario haber nacido en una familia, simplemente ser aceptado, como el predicador Casy.

También comprendo bien la prisa por ponerse en marcha. Por comenzar el camino. Por acabar con el sufrimiento de estar en una tierra tuya pero que ya no te pertenece. Donde cada brizna de aire te trae un poco de ti, de tus recuerdos. Ganas de comenzar una nueva vida. Ganas de acción.

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3 Reacciones a Las Uvas de la Ira, 2ª Semana

Bridget
septiembre 24, 2009

Bien dicho eso de que todos tenemos nuestra manera de reaccionar al mismo evento. Hay los que aceptan la situación y se ponen a hacer lo necesario, y los que intentan evitarla, sea física o emocionalmente.

Muley no creo que esté loco sino terco, como su nombre. (Mule = mula, y por acá las mulas tienen la reputación de ser tercas.) No acepta las reglas de juego que se le imponen, e inventa las suyas, en gran tradición americana, jeje.

Se ve que tú y Ma os entendéis bien... de hecho, tú y todo el clan que tiene tantas ganas de marcharse ya.

Madrina E.
septiembre 28, 2009

Más vale tarde que nunca...aqui estoy! Los hechos relatados en estos capítulos, aunque lejanos en el tiempo, los siento muy cercanos a lo que acontece en el mundo actual. Me ha llamado la atención el reencuentro de Tom con su familia, el miedo a que se hubiera escapado y a la vez la alegría de verle de nuevo...También me gusta el personaje del hermano adolescente y el respeto que éste siente por su hermano mayor. Y el abuelo y...bueno, todos ellos, son geniales y están descritos tan minuciosamente que les estoy poniendo cara. En cuanto al fondo se me ponen los pelos de punta de comprobar que el ser humano intenta sacar tajada del momento aunque sea mediante el engaño y el abuso de los que se encuentran en una situación más débil. Igual que ocurre en nuestra sociedad, es increible el paralelismo que encuentro entre el fondo de lo que se cuenta en el libro y la vida que nos ha tocado vivir.
Por último, yo también comprendo la prisa que les entra por salir hacia la nueva vida que les espera, a ver qué ocurre...chan, chaaaan.

septiembre 28, 2009

Tengo que discrepar contigo, Bridget, a mí me parece que a Muley (mulo para los amigos) sí se le ha trastocado la cabeza. En el momento que la terquedad nos domina y nos destroza la vida, ya no estamos cuerdos.

Sí, es verdad que una vez que tomo una decisión quiero llevarla a cabo inmediatamente. Tal vez no sea lo mismo para todo el mundo. Lo más difícil es tomar las decisiones. El resto va rodado.

Yo creo que se trata del relato del cambio. De la reorganización de la sociedad cuando una manera de hacer desaparece. A veces, cuando veo a alguien por la calle con sombrero, pienso que debió ser una revolución cuando se dejó de llevar esta prenda. Unas industrias desaparecen, otras se crean. Es el ajuste, si te pilla, el que te machaca.

Lo que me parece increíble es que se compare esta crisis con la del 29. Y que se atrevan a decir que esta es peor. El sólo hecho de que partimos de una situación mucho más holgada ya nos deja en mejor posición. No es lo mismo tener que abandonar tu casa, no tener que llevarte a la boca que no poder irte de vacaciones. Vamos, digo yo.