Las Uvas de la Ira, 4ª semana

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En el principio del libro, Steinbeck nos muestra los efectos de los mandatos de los bancos y compañías anónimos, llevados a cabo por los que no piensan más allá de ellos mismos. El tema sigue con los dueños de las granjas grandes de California, pues no aparecen en el libro tampoco, sólo se ven sus efectos y a los que cumplen sus órdenes. A pesar de esas órdenes, los Joad han encontrado el camino a Weedpatch, un campamento gubernamental de esos que se construyeron en respuesta a las condiciones míseras que sufrieron los migrantes.

Por cierto, Weedpatch (“parcela de mala hierba”) es un lugar verdadero en California, y el campamento Weedpatch de las Uvas es él de Arvin, en Kern County:


El gerente de ese campamento fue Tom Collins, y se dice que era el modelo para Jim Rawley. Se le ve aquí hablando con una madre y su niño:


Los campamentos sí tenían sus comités y hasta tribunales propios. La Biblioteca del Congreso tiene varias grabaciones hechas por unos hombres de la City College de NY (la que vio Conguito cuando estábamos en Harlem hace un par de meses, ¿recuerdes?). Son momentos captados de la vida diaria de los campamentos de esa época, incluso porciones de las reuniones de varios comités y tribunales, entrevistas, canciones inventadas y cantadas por los Okies, y mucho más. Si queréis escuchar las voces y las historias de algunos Okies verdaderos, aquí tienes una grabación de una entrevista con 4 hombres sobre cómo y por qué vinieron a California. El primero, Roy Turner, empieza “When I left Oklahoma, I was walking, me and my wife and two babies. / Cuando me fui de Oklahoma, estaba caminando, yo y mi mujer y dos bebés.”http://memory.loc.gov/afc/afcts/audio/513/5137a1.mp3

Se hace muy real la historia de las Uvas. Y aquí añado otra historia similar, pero de aparición más reciente.

Steinbeck habla del pecado del terreno en barbecho, un crimen contra los niños, de la tentación del tener hambre y nada más mientras pasas los cultivos y naranjales sin poder alimentar a los hijos.

La semana pasada alguien me contactó de parte de G., una mujer sin techo. A G. y a sus dos hijos se les habían echado de su apartamento por no poder pagar la renta. Estaban en un hotel barato (lo que llamamos un welfare hotel) durante un rato pero además de que le costó más que ganó al día, había que pagar el día antes de la 11:00 y en el día de paga no recibía el sueldo hasta las 16:00, así que tuvo que recoger todas las posesiones y salir con ellas hasta la noche, y eso en los días cuando tenía suficiente. Ganaba el pago mínimo, que no es suficiente para vivir, y luego el viernes pasado perdió el trabajo. Aparte del problema obvio, eso le permitió entrar en el sistema de albergues para los sin techo, y efectivamente lo hizo, pero le han dado sólo 10 días y eso en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad (y los albergues mismos son peligrosos también), y al hijo mayor que ya tiene 18 años no se le permite quedarse con la familia ya que se separan los hombres de las mujeres y los niños. El hijo menor asiste al colegio cada día sin saber adónde regresar después del día escolar.

G. es como Ma, la roca de la familia, aunque no cuente con Pa o Tom, más bien con Al y Winfield. Está luchando para mantener la familia intacta porque no tiene nada más. Y creo que está cerca de su límite en un sistema que deshumaniza a los que no tienen más remedio que usarlo. En esta década el número de personas sin domicilio en Nueva York está al nivel más alto desde la Depresión. En el noviembre del año pasado más de 36.000 personas pasaron la noche en los albergues municipales cada noche, incluso casi 16.000 niños. Miles más están en la calle, en el Metro, o en otros lugares públicos, o mudándose entre las casas de amigos. (Otro amigo que Conguito conoce -- D., y su hija K.-- pasó 2 años sin techo y con 2 niñas a cuestas.) El sistema no alcanza, los recursos siempre son insuficientes. Y mientras tanto, G. y otros tienen que caminar por Nueva York mirando nuestra versión de las naranjales y los cultivos prohibidos, esperando levantarse de las condiciones míseras de nuestros campamentos sin saber cómo hacerlo si no hay trabajo ni mucho menos trabaja que pague suficiente.

En el capítulo 18, Ma dice a Rosasharn que al hacerse mayor, se da cuenta de lo que hacemos y sufrimos nos une a los demás que hacen y sufren las mismas cosas, y entonces no nos quedamos tan solos ni nos duelen tanto porque ya no es un dolor solitario.

¿Lo creéis?

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13 Reacciones a Las Uvas de la Ira, 4ª semana

octubre 13, 2009

Sin duda es una desgracia que haya tantos desamparados y que este nº siga creciendo. El drama de G. es especialmente doloroso. Sin embargo, veo una diferencia grande con las Uvas de la Ira: no es que el sistema deshumanice al que no tenga más remedio que usarlo y es terrible la indiferencia de la gente. Es que en esa época, los granjeros californianos se unieron para impedir el progreso de los inmigrantes, para denigrarlos, para aprovecharse de ellos. Es una "vuelta de tuerca más".

Madrina E.
octubre 13, 2009

Un dicho en español es "mal de muchos consuelo de tontos" y se utiliza muy a menudo.
Sin embargo, a mi no me consuela el mal de muchos, cuando algo malo me pasa a mí no encuentro consuelo en que a otros les pase igual, al contrario me deprime más y encuentro que es más dificil salir de esa situación. Además esa expresión yo creo que implica quedarse quieto sin hacer nada por cambiarlo y no, no puedo soportarlo.
No sé que opinareis vosotr@s...
E.

octubre 13, 2009

Para mí, no sentirme sola es un consuelo. Si encima de que me ocurre una desgracia, soy la única en el universo que sufre eso, la soledad es otra desgracia que se suma...

Bridget
octubre 13, 2009

Conguito, tienes toda la razón que los granjeros californianos deshumanizan a los Okies, pero a mi parecer, el argumento de Steinbeck es que los granjeros forman una parte de un sistema, que no actúan como un bloque independiente sino como parte de algo más grande, y que el problema de los Okies es precisamente eso – que no se confrontan sólo con alguna gente unida contra ellos, sino con el engranaje de algo más grande, lo mismo que vieron por primera vez en Oklahoma. ¿O no?

M.E., no había escuchado ese dicho, gracias. Si lo entiendo bien, el equivalente en inglés sería algo como "misery loves company". Es verdad que el saber que no somos únicos en nuestros problemas puede deprimirnos aún más, si pensamos en el sufrimiento de nuestros seres queridos y de otros, pero también puede quitarnos la vergüenza. Creo que soy más como Conguito en esto. Preferiría saber si otros sufren de la misma cosa porque la próxima pregunta será ¿y qué vamos a hacer? (en vez de ¿qué voy a hacer?)

octubre 13, 2009

Siento no estar de acuerdo contigo, Bridget. ¿Cuál es ese sistema que está detrás? ¿Acaso ha implantado en la mente y el corazón de los granjeros ese plan? No, pienso que se trata simplemente de la naturaleza humana: somos egoistas, codiciosos y estrechos de miras. A la vez somos capaces de la solidaridad y grandes actos de generosidad. Por eso somos tan interesantes.

Madrina E.
octubre 14, 2009

Bridget y Conguito: entiendo lo que quereis decir pero pienso que si el mal o el problema o la enfermedad o cualquier situación negativa se generaliza, es mucho más difícil arreglarlo. Sin embargo si el mal es de uno solo y estás rodeado de gente que te apoya, está claro que no te sientes solo y los que no están en esa situación pueden ayudarte. De hecho, la historia de las Uvas lo deja claro: el problema es que hay muchíiiisimas personas afectadas por un mismo problema y van recorriendo el camino en verdaderas riadas humanas y como no hay trabajo para todos empiezan los abusos en el salario, el hambre y todo tipo de penurias. El problema fundamental de esta historia es precisamente que el mal es de muchos.
Y en nuestra vida cotidiana pasa lo mismo,pensad en cualquier otro caso, que te quedas en el paro p.ej., si todos los de tu alrededor están en el paro no pueden ayudarte. Pensad también en una enfermedad, si todos estamos enfermos ¿quién ayuda a quién? y así sucesivamente.
También es cierto que la situación de la que parto es buena, es decir, tengo gente que me quiere y me ayudaría por lo que es muy facil pensar así. Cosa distinta sería estar solo en este mundo sin familia ni amigos que te puedan ayudar o apoyar.
P.D. Me encanta charlar con vosotras.
Besos.
E.

Bridget
octubre 14, 2009

Gracias por discrepar conmigo, Conguito. :-) Me da una oportunidad de pensarlo más, y aquí tenemos las frutas (naranjas y melocotones, claro):

Cuando se organiza, empieza a ser un sistema.

En los primeros capítulos de las Uvas, Steinbeck dedica mucho tiempo a decir que no son los hombres los que hacen el daño sino algo más grande, algo creado por ellos pero que ya tiene vida propia. Los bancos han unido en su tratamiento de los Okies, y más tarde, cuando Steinbeck describe cómo las corporaciones agrícolas controlan los migrantes y extraen lo que quieren de ellos, se ve que sus métodos tienen éxito porque han unido. No creo que estas dos partes del libro sean desconectadas. Mi interpretación es que el punto es que son iguales, que lo que pasó en Oklahoma no acabó cuando cruzaron la frontera de California. Como dice Ma, es un río que sigue fluyendo. Steinbeck nos muestra una y otra vez la humanidad, la compasión, y la bondad de la gente, y las contrasta con las grandes corporaciones que han quitado la humanidad tan por completo que ya son “monstruos”.

Pero según tu interpretación, ¿es Steinbeck él que deshumaniza a las corporaciones?

octubre 15, 2009

Es que me parece extremadamente simplista esta manera de ver las cosas, además de una excusa para no hacer nada. Bancos=malos, pobres=buenos. Si esto fuera así, nunca habría cambio. Las instituciones no son más que grupos de personas con una filosofía y manera de ver las cosas. Eso se puede cambiar. De hecho, la vida es un cambio continuo, sino seguiríamos en las cavernas recubiertos de pieles. Siendo terrible lo que aconteció en esa época, la visión que Steinbeck nos ofrece me parece un tanto sesgada. Mismamente, en el audio que nos pones, los propios inmigrantes nos cuentan que se fueron de sus lugares de origen porque no encontraban trabajo, donde les pagaban aún menos que en California y que no tenían intenciones de volver porque querían progresar y darles una educación mejor a sus hijos. Así que, aún habiendo mucha maldad y miseria humana por parte de los granjeros californianos, no sería tan horrible como leemos en las uvas...

octubre 15, 2009

Madrina E.: lo que quiero decir es que alivia no sentirse solo en la desgracia porque los que están pasando por eso pueden darte sus impresiones e ideas, en el libro sale mucho, piensan juntos. Además tal vez haya gente que ya pasó por eso y puede darte consejos.Lo que actualmente se llaman grupos de ayuda.

Madrina E.
octubre 15, 2009

En esto sí estoy de acuerdo Conguito: gente que haya pasado por lo mismo y que lo haya superado o que te dé consejos para afrontarlo, eso es importantísimo. Por otra parte también considero importante asociarse o unirse de cualquier forma para hacer frente a un determinado problema.

octubre 15, 2009

Aquí estoy, siento no haber podido hacer ningun comentario, ya que voy atrasadisima; en relidad me quede en los primeros doce capítulos, ya que he estado de viaje y no me pude llevar el libro. Acabo de regresar y he vuelto a la lectura, pero poco voy a poder aportar. De todas maneras vuestros comentarios me ayudan y me van a ayudar; los agradezco
Tremendo libro este. Describe al ser humano desamparado y desarraigado por un lado y depredador por otro.

Bridget
octubre 15, 2009

Conguito, coincido contigo en que las instituciones son grupos de personas (en el fondo), claro, pero lo que destaca Steinbeck, creo, es que las instituciones pueden llegar a controlar hasta a las personas que las forman. Las instituciones --el sistema-- que deshumanizan a G. son grupos de personas también, aunque no creo que lo hacen por ser maliciosas. (Por cierto, la saga de G. sigue, le han dado 10 días más en el albergue, no sé cómo creen que va a arreglar las cosas en una semana y media….) Tampoco creo que Steinbeck estaría de acuerdo de que eso sea una excusa para no hacer nada, ya que dos de sus personajes principales se involucran en el movimiento sindical.

Bueno, sea "simplista" o no, creo que es lo que propone Steinbeck.

Dices que el libro te parece sesgado. De acuerdo. De hecho, el libro estaba prohibido durante años en algunas partes de California, y una de las críticas del libro era que no presentó la situación de una manera suficientemente fiel, pero la respuesta de Steinbeck fue que es una novela, aunque esté situada en un contexto verdadero, y que presenta su punto de vista. Y aunque no era marxista, debemos tener en cuenta que durante esta parte de su vida, Steinbeck estaba casado con una marxista ferviente, asistían a reuniones comunistas, viajaron a URSS, etc. Las Uvas critica el lado negativo del capitalismo extremo: la maximización de ganancias a pesar del costo humano.

Impasse, me alegro verte de nuevo. No te preocupes por la lectura. L@s ratoncill@s charlamos un rato sobre lo que llevaríamos en el camino si estuviéramos en la posición de los Joad, y resultó que nadie llevaría un libro. :-) Te esperamos en California.

octubre 18, 2009

Gracias B.; ya he conseguido leer todos los comentarios, pero no todos los capítulos. La novela me parece interesante, aunque muy influenciada por el marxismo, como tu bien explicas,(no sabía que S. tenía un marxista en su cama) y por tanto bastante maniquea , es decir estan clasificados los buenos y los malos. Como revulsivo de la sociedad esta bien, pero siempre hay gente que traga los puntos de vista sin analizarlos, y eso les hace mal.
Yo comprendo que la sociedad se resista a la invasión de emigrantes, que pueden acabar con su forma de vida; al fin al cabo son los poderes, sobre todo el dinero, y la desorganización los que han hecho esto en el mundo actual. Por avaricia se impide a otros paises desarrollarse y entonces, como ha pasado siempre, los habitantes de esos otros lugares van a donde reina la abundancia, o creen ellos.
En la novela de S. hay un problema añadido, son los propios americanos, descendientes de los colonos que conquistaron el oeste, los que se ven maltratados de esa forma, tal como habían sido antes los chinos, japoneses, filipinos, mejicanos, etc.
En palabras de S. esta vez, siendo americanos, no se dejaran hacer y efectivamente pronto se organizaron para pedir sus derechos. Ahora bien, antes de hacerlo, lo descrito en la novela les toco pasarlo bien mal.
Creía que no tenía nada que decir, pero me ha salido todo un texto
Saludos