La Colmena, primeras impresiones

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Leyéndome esta obra, me da la impresión que me he metamorfoseado en una mosca. No soy una mosca cualquiera, no. Vuelo de mesa en mesa en el café de doña Rosa pringando a los protagonistas y, además, me muevo en el tiempo: del pasado al presente sin orden de continuidad.

Para mí, este es el gran logro de La Colmena. Camilo José Cela salta de un personaje a otro, de un escenario a otro ofreciéndonos pequeños fragmentos de la vida de gente absolutamente común de Madrid por un espacio de tiempo verdaderamente corto. Sin embargo, resulta tan exhaustivo, que juntando todas las piezas obtenemos un mosaico completo de la escena. Es un puzzle, una obra de patchwork literario. Algunos trozos están rotos, otros sucios, otros brillan, otros están desenfocados: todo junto es el Madrid (¿la España?) de la posguerra...

Este ambiente de posguerra es de lo más oprimente, deprimente. Cosas a las que ya no estamos acostumbrados (que esperemos que no vuelvan, con los aires que corren actualmente...) o tal vez soy una privilegiada y he vivido sin estas escenas: chicas vendiendo su cuerpo, pobres que no tienen donde caerse muertos, oficios extintos, niños cantando por dinero a la puerta de los bares.

Me hace gracia que a pesar de todo el tiempo transcurrido (casi 70 años), las costumbres españolas prevalecen: el café después de comer, la merienda en el bar, las tertulias, las partidas de cartas, las noches largas a copas, los cotilleos, el país de los favoritismos...

A las alturas que estoy en mi lectura, comienzo a entrever la conexión de los personajes, veremos a dónde nos lleva...

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3 Reacciones a La Colmena, primeras impresiones

mayo 26, 2010

A mí me sorprende el lenguaje almibarado y solemne que se utiliza muchas veces a lo largo de la novela. También algunas palabras para designar objetos.Las gafas, ahora no recuerdo el nombre,pero era muy gracioso.
Todas las vivencias,las relaciono con el color, la luz y el olor que me sugieren. Esta novela es gris, sombría y huele a "borrón" -los posos del café-, humedad, mugre y perfume barato.

Madrina E.
mayo 26, 2010

Muy bueno lo de la "mosca", efectivamente los lectores vamos de mesa en mesa conociendo a cada personaje.
Me gusta la novela aunque la leo despacio para quedarme con cada personaje porque deduzco que tendrá que haber alguna conexión entre ellos a medida que avancemos en la lectura.
En la edición de bolsillo que estoy leyendo me resultan curiosas las notas a pie de página en las que se explica el significado de muchas palabras que en mi tierra están de plena actualidad porque se utilizan con normalidad.Quizás sea que en otras zonas no se utilizan ya...
Como he dicho, me está gustando y me parece que refleja perfectamente el ambiente que se respiraba en esa época, la verdad, bastante deprimente.
Doña Rosa es un personaje curioso, más bruta que un arado...a la vez me hace gracia, no sé, no me gusta ella pero al mismo tiempo creo que si faltara ella el bar no sería el mismo...Me parece que no tiene sentimientos y que solo quiere que le vaya bien el negocio sin importarle nada más. A su vez parece que lleva el negocio fenomenal porque da la sensación de ser un bar con mucha clientela.
Seguiremos leyendo a ver qué pasa y qué conexión hay entre los personajes...

mayo 28, 2010

A mí me parece que Doña Rosa es una hipócrita de lo más españolito que hay: despiadada, pero cumple todos los preceptos sociales, como por ej. oír misa diaria. Doña Rosa sólo piensa en su ombligo: camisón de franela, que si diarreas, que si el negocio, que si ir a la plaza cuando están recogiendo para comprar más barato...