Bueno, estrictamente hablando, todavía es martes aquí. (Tos, tos…)
Harper Lee establece la escena con una descripción de lo que podría ser cualquier pueblo sureño durante los años ’30, pero que está basado en realidad en su pueblo natal de Monroeville, Alabama (donde se pone en escena una versión de la obra cada primavera). Evoca la languidez del sur profundo y su pobreza eterna. Presenta también la obsesión sureña con la genealogía (eres “recién llegado” si tu familia lleva menos de cinco generaciones en el mismo pueblo) y la historia del Sur, la segregación de las razas y las interacciones entre ellas, y la irrompible jararquía social:
- Las familias “buenas” (como los Finch)
- Las familias pobres (como los Cunningham)
- Las familias “white trash” (término despectivo que se refiere a los blancos sin educación ni cultura ni valores) como los Ewell
- Los negros
(Pongo aquí un enlace a una entrevista – escrita en inglés – con tres mujeres blancas de familias prominentes que vivían en el sur profundo en la época de Matar un ruiseñor. Comentan qué implicaba la “familia buena”, los blancos pobres del sur como los Cunningham, sus relaciones con los negros, y lo que se esperaba de las señoritas.)
Lee nos introduce a los personajes principales, cuyos nombres son un poco raros y por eso llaman la atención: Scout (quiere decir exploradora, o una persona que busca), Jem (suena igual que “joya”), Atticus (filósofo, estoico; los niños nunca le dicen papá), y Dill (eneldo –
ni idea de la relevancia… ¿algun@ ratoncill@ quiere aventurar una respuesta?). (Por cierto, se dice que el personaje de Dill se basa en Truman Capote, que pasó todos los veranos con sus primas al lado de la casa de Harper Lee.)
A los niños les fascina la casa de los Radley. Creo que cada generación de niños en cada pueblo tiene su “casa embrujada”. Para nosotros fue una mansión vieja y abandonada, construida un poco antes de la guerra civil (los 1860s). Solemos jugar en las ruinas del invernador (cosa estrictamente prohibida por mi mamá), y pasábamos horas discutiendo si habíamos visto o no a alguien en la ventana de la mansión, y no nos atrevemos poner ni un pie en la casa. Hace pocos años tuve la oportunidad de volver a la mansión, ya convertida en un B&B de lujo, y me enteré de que lo más probable es que sí, habíamos visto a varias personas en la oscuridad de la interior hace tantos años. Es que la mansión queda a unos 10 minutos a pie de la universidad y varios estudiantes la ocupaban, tirando abajo la madera original de las paredes y quemándola durante el invierno y haciendo mucho más daño. Pero ya se ha convertido en un B&B precioso, victoriano… y caro. Vaya casa embrujada…
Con respeto a lo de la escuela, la experiencia de Scout (y de Burris y al parecer de la gran mayoría del primer grado), reafirmada por el hecho de que Atticus y tío Jack no asistieron a la escuela, es que la educación no ocurre entre las paredes de una escuela. En gran parte, tengo que estar de acuerdo. (Y eso que soy académica….)
3 Reacciones a To Kill a Mockingbird / Matar un ruiseñor, 1-6
Lo primero de todo, Bridget, ¡qué alegría!
Ahora no tengo tiempo pero en cuanto pueda me leeré esa interesante entrevista.
La experiencia de Scout en la escuela me recuerda a nuestra enana nº1 cuando vivíamos en Francia: nos exigió que le enseñáramos a leer y escribir porque estaba harta de dibujar palitos en el cole...¡Paciencia!
Besos
Ya me he leído la entrevista, ¡una joya! No tengo consciencia de que aquí en España tengamos nada parecido en cuestión de formas.
Me parece una buena preparación para la segunda semana.
No quería dejar pasar la primera semana sin proponer algo de música, por ejemplo la banda sonora de la película: http://www.youtube.com/watch?v=_t98LWNwUhI
Me han gustado mucho tus comentarios y la entrevista. Son gente consciente de como era la situación en aquellos años, que harper Lee consigue retratar de manera tan eficaz en su novela.
Bonita manera de honrar su obra representandonla todos los años en su pueblo natal. eso es apreciar la ecelencia de un personaje natural de allí.
Tus comentarios ayudan a la lectura.
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